Biografía de Manuela Sáenz

La Biografía de Manuela Sáenz, nos muestra a una patriota ecuatoriana, reconocida por la historia independentista hispanoamericana  y contemporánea como una heroína de la independencia de la América del Sur.

Su nombre auténtico es Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru y se dio a conocer también como la Libertadora del Libertador, título  honorífico que le otorgó Simón Bolívar por salvarle la vida durante la conspiración de septiembre en la ciudad de Bogotá.

Ha sido desacreditada, criticada, obviada e incluso llegó a ser desterrada por sus contemporáneos. Aun décadas después de su fallecimiento, solo fue a mediados del siglo XX cuando a Manuela Sáenz se le comenzó a reconocer y a valorar como una gran heroína y prócer en la aventura independentista o como precursora del feminismo en nuestra América Latina. ​

También puedes leer: Biografía de Alberto Cortez: Vida y Trayectoria Artística


📋 Aquí puedes encontrar ✍

Resumen de la Biografía de Manuelita Sáenz

Resumen de la Biografía de Manuelita Sáenz
Su primer conyugue fue James Thorne (1817-1823), gracias a un matrimonio “arreglado” por su padre; pero su verdadera pareja y amor fue el mismo Simón Bolívar.

Manuela Sáenz, además de ser considerada una patriota ecuatoriana fue la valiente heroína de la Independencia, que logró salvarle la vida a nuestro Libertador Simón Bolívar durante aquella conjura del mes de septiembre, nombrándola “La Libertadora del Libertador”.

Manuela Sáenz Aizpuru, también conocida como la Coronela, vino a este mundo el 27 de diciembre de 1795 en Quito, gracias a la unión conyugal de sus padres: la criolla quiteña María Joaquina de Aizpuru y Sierra Pambley y Simón Sáenz de Vergara y Yedra, hidalgo español nacido en el año 1751 en Burgos que era  miembro de la Real Audiencia de Quito, quien vivía en Popayan (Colombia) con su mujer y sus hijos.

Algunas fuentes biográficas citan, casi un año después de la muerte de su progenitora, otra fecha sobre su nacimiento (27 de diciembre de 1797). Su madre, que fue enviada a dar a luz a la hacienda Cataguango, propiedad de los Aizpuru, falleció por una fiebre puerperal, de acuerdo con lo investigado por el historiador Carlos Álvarez Saá, a partir del acta de defunción.

Su Estancia en la Hacienda Cataguango

Su Estancia en la Hacienda Cataguango
En los años iniciales de su vida, cuando podía salir del internado para pasar algunos días en la hacienda, su padre le ofrecía dos niñas negras esclavas, llamadas Natán y Jonatás, para que pudiese jugar y la cuidaran.

Su padre estuvo casado con Juana del Campo Larraondo y Valencia, insigne dama nacida en el año 1760 en Popayán, con quien logró procrear varios hijos, todos medio-hermanos por tanto de Manuela.

En ocasiones, la llevaba de visita a la Hacienda Cataguango, la que compartía con su esposa, quien siempre le dispenso a la niña Manuelita cariño y la cubrió con afectuosos cuidados de madre.

Se tiene información que por sus talentos y virtudes especiales, cultivó su interés por la lectura y la instruyó buenas costumbres. En los años iniciales de su vida, cuando podía salir del internado para pasar algunos días en la hacienda, su padre le ofrecía dos niñas negras esclavas, llamadas Natán y Jonatás, para que pudiese jugar y la cuidaran.

Fue así como desde la niñez se afianzó una amistad que siempre las mantuvo unidas como sus inseparables amigas y compañeras. En esa residencia paterna también nació un fuerte lazo de amor con su hermano, José María Sáenz de Vergara.

Su Vida en el Convento de las Monjas Conceptas

Pocos días después de su nacimiento, la niña Manuela, fue confinada al Convento de las Monjas Conceptas, también identificado como el Real Monasterio de la Limpia e Inmaculada Concepción, donde convivió sus primeros años bajo el tutelaje de la madre superiora, Sor Buenaventura.

Después de haber cumplido su formación con las monjas, se trasladó al monasterio de Santa Catalina de Siena (Quito), perteneciente a la Orden de Santo Domingo, donde pudo concluir la educación que hasta ese tiempo se le daba a las señoritas criadas en las más relevantes familias de la ciudad.

Fue en esa institución, donde aprendió a bordar, elaborar dulces, hablar en inglés y francés, destrezas y labores que la mantendrían ocupada. Como hija natural e ilegítima en su infancia llegó a convivir con su padre. Pero como  adolescente llegó a vivir en la hacienda de su progenitora.

Su primer conyugue fue James Thorne (1817-1823), gracias a un matrimonio “arreglado” por su padre; pero su verdadera pareja y amor fue el mismo Simón Bolívar

Sus Estudios, Su Formación y su Matrimonio

Sus Estudios, Su Formación y su Matrimonio
Hizo sus estudios en el Convento de Santa Catalina, donde llegó a recibir una educación básica, pero fue expulsada de esa institución católica a los diecisiete (17) luego de ser seducida por un soldado del ejército.

Se destacó siempre por ser una joven inteligente y muy hermosa, además de ser una ferviente lectora de los clásicos griegos y autores franceses. También aprendió a hablar el francés e inglés.

Hizo sus estudios en el Convento de Santa Catalina, donde llegó a recibir una educación básica, pero fue expulsada de esa institución católica a los diecisiete (17) luego de ser seducida por un soldado del ejército.

Según algunas Biografías de Manuelita Sáenz nos reseñan que su padre concertó por su cuenta su único matrimonio con un empresario comerciante inglés, el mismo James Thorne, a quien hizo entrega de 8000 pesos como parte de la dote que se exigía en esa época.

Luego de su boda, realizada en la ciudad de Lima en el año 1817, aprovechó su la libertad que le daba su matrimonio para entrar en contacto con la gente del ejército, solados y políticos, quieran se habían convertido en los visitantes comunes en los encuentros sociales que se daban en su residencia.

Sus Luchas Iniciales en Pro de la Independencia del Yugo Español

En el año 1820, decidió unirse al movimiento que se había formado para destronar al Virrey del Perú. Además logró que su medio hermano, José M. Sáenz, quien arribó con el batallón realista Numancia, se aliara a su causa y se pasara con todo su batallón a las filas de los rebeldes independentistas.

En el año 1821, a raíz del fallecimiento de su tía materna, Manuelita decidió regresar a su patria, a Ecuador, para poder reclamar la parte que le correspondía por la herencia de su abuelo materno. Por ello viajó acompañado de su medio hermano, para ese entonces oficial del batallón Numancia.

Este batallón luego se integró al ejército libertador con el nombre de “Voltígeros de la Guardia” bajo las órdenes del general Antonio José de Sucre, con quien combatió en las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho, que le dieron la independencia de Ecuador y Perú, respectivamente.

Las diversas cartas que fueron dirigidas a Sucre por Simón Bolívar, son testimonio fiel de su preocupación y de la solicitud  expresa de cuidado especial para Manuela Sáenz en el campo de batalla.

Sin embargo, esta heroína latinoamericana participó de forma activa tanto en la división de “Húsares” como en la de los “Vencedores”, motivos más que suficiente para otorgarle su ascenso a Coronela del Ejército Colombiano, según la reseña “Manuelita Sáenz Aispuru. Defensora de la independencia de los países sudamericanos y de los derechos de la mujer. Altar Mujeres SXXI, publicada en el portal web vidasenlucha.com, del 17 de febrero del año 2020.

Su asistencia y apoyo logístico al ejército independentista

Su asistencia y apoyo logístico al ejército independentista
El general San Martín le hizo una especial condecoración a Manuela por su incansable labor en la lucha por la independencia, concediéndole el título de Caballeresa de la Orden “El Sol del Perú”.

No obstante, al no poder contar Manuelita con la aprobación de su padre ni de  su marido, se le prohibió participar de forma directa en el campo de batalla, ofreciéndose solo para dar asistencia a los heridos y apoyo logístico. Fue en ese momento cuando pudo conocer a Simón Bolívar, para lo cual manifestó en una de sus cartas:

“Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tomé la corona de rosas y ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S. E.; pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca, justo en el pecho de S. E. Me ruboricé de la vergüenza, pues el Libertador alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero S. E. se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la mano”.

En una reunión posterior, específicamente en el baile de bienvenida que se le dio al Libertador, este le expresó “Señora, si mis soldados tuvieran su puntería, ya le hubiésemos ganado la batalla a España”. A partir de estos encuentros, decidió abandonar a su esposo y Manuela y Bolívar convirtieron en amantes y compañeros de guerra por más de ocho años, hasta la muerte de él, en el año 1830.

De esta manera, cuando el general San Martín logró llegar a la ciudad de Lima, le hizo una especial condecoración a Manuela por su incansable labor en la lucha por la independencia, concediéndole el título de Caballeresa de la Orden “El Sol del Perú”.

Por su parte, Guayaquil anunció su independencia el 9 de octubre del año 1821, ocasión que aprovechó Manuelita Sáenz para regresar desde Lima y apoyar posteriormente a los patriotas en Quito, donde se llevó a cabo el gran enfrentamiento militar que libró al Ecuador del yugo español el 24 de mayo del año 1822.

Llegada Triunfante de Simón Bolívar

Para el mes de junio del año 1822, el Libertador Simón Bolívar arribó triunfante a la ciudad de Quito, después de lograr la independencia de Venezuela y Colombia. Manuelita fue la encargada de imponerle una reluciente corona de laureles.

Se cuenta que, durante la noche del baile, Bolívar y Manuelita quedaron flechados y se enamoraron, y desde ese momento ella pasó a ser su compañera y su consejera política, además de su amante, teniendo que abandonar a su marido y acompañar a Bolívar en numerosas campañas.

Fue así como se convirtió en una ferviente aliada clave durante los esfuerzos revolucionarios de Simón Bolívar a quien lo apoyó y lo secundó en todas las formas posibles, hasta el extremo de lograr salvar su vida en el asalto que vivieron y lograron dominar en el palacio de San Carlos de la ciudad de Bogotá en el año 1828.

La Libertadora del Libertador

La Libertadora del Libertador
Por todas sus intervenciones en favor de Bolívar y por su amor a la causa independentista, Manuelita Sáenz fue bautizada desde entonces como 'Libertadora del Libertador'.

De acuerdo con la Biografía de Manuela Sáenz, que ha sido escrita por los especialistas Víctor Moreno, María E. Ramírez, Cristian de la Oliva, Estrella Moreno y otros (2019) y que ha sido publicada en el portal web buscabiografias.com, por todas sus intervenciones en favor de Bolívar y por su amor a la causa independentista, como ya antes se señaló, Manuelita Sáenz fue bautizada desde entonces como 'Libertadora del Libertador'.

Luego de la muerte de Simón Bolívar, en diciembre del año 1830, fue desterrada de su patria, por lo que decidió exiliarse en Jamaica y, más tarde, en Perú, logrando sobrevivir en el puerto Paita, Perú,  donde laboraba vendiendo dulces y tabaco.

FRASES CÉLEBRES

  • “Vivo adoré a Bolívar, muerto lo venero”
  • “Mi país es el continente de América. He nacido bajo la línea del Ecuador.”

SABÍAS QUE...

  • De acuerdo con sus detractores, su relación con Simón Bolívar opaca sus propios méritos personales, como una de las más reconocidas y avanzadas defensoras de los derechos de la mujer.
  • Fue en la década de 1980, cuando el historiador Carlos Álvarez Saá, notificó el hallazgo de los diarios personales de Manuela Sáenz, así como la correspondencia personal entre ella y Simón Bolívar, lo que completan la biografía de esta heroína.
  • En los últimos años Sáenz ha sido convertida en un icono del feminismo latinoamericano y su vida hoy es exaltada por escritores e historiadores como Germán Arciniegas, Alfonso Rumazo González, Alberto Miramón o Pablo Neruda.

Exilio y Muerte de Manuela Sáenz

Exilio y Muerte de Manuela Sáenz
Murió a la edad 59 años de edad, contagiada por una epidemia de difteria que azotó esa región, siendo sepultada en fosa común del cementerio local.

A la muerte de Bolívar en diciembre del año 1830, Manuela se sumergió en la depresión. Para el año 1834, el general Francisco de Paula Santander decretó su destierro de Colombia y ella debió partir al exilio en la isla de Jamaica.

Pero para el año 1835  regresó a Ecuador sin lograr llegar a Quito. Se cuenta que estando en Guaranda, su pasaporte fue rechazado por el presidente Vicente Rocafuerte, por lo que debió establecerse en el puerto de Paita, al norte del Perú, donde era visitada por diferentes personajes ilustres, como el patriota italiano Giuseppe Garibaldi, el escritor peruano Ricardo Palma (quien se basó en sus narraciones para redactar parte de sus Tradiciones peruanas) y el insigne venezolano Simón Rodríguez.

Durante los próximos veinticinco (25) años se dedicó a la venta de tabaco, aparte de traducir y escribir cartas a los Estados Unidos de los balleneros que transitaban por esa zona. También se sabe que hacía bordados y dulces por encargo.

Para el año 1847, muere asesinado su exesposo legal, sin llegar a cobrar ni siquiera los 8000 pesos de la dote que le fue entregada por su padre al momento de su casorio.

Murió el 23 de noviembre del año 1856 a la edad 59 años de edad, contagiada por una epidemia de difteria que azotó esa región, siendo sepultada en fosa común del cementerio local. Todas sus pertenencias, para evitar otros contagios, fueron incineradas, incluyendo una parte significativa de las cartas de amor de Bolívar y algunos documentos de la Gran Colombia que mantenía bajo su custodia.

No obstante, Manuelita Sáenz logró entregar al historiador O’Leary buena parte de los documentos para concretar la extensa biografía sobre el Libertador, de quien Manuela dijo: “Vivo adoré a Bolívar, muerto lo venero”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir