Biografía de Juan Santos Atahualpa: Dios Indio
A continuación te mostraremos la biografía de Juan Santos Atahualpa, uno de los personajes más enigmáticos e interesantes que se encontraron en Perú durante la época colonial. Fue el líder de una especie de ejército indígena que nunca fue derrotado.
No se saben con certeza todos los datos de la biografía de Juan Santos Atahualpa. Lo que logramos saber de él viene desde el punto de vista de los misioneros cristianos, que lo pintan como un ser abominable y malvado.
Resumen de la biografía de Juan Santos Atahualpa
Primeros Años
Se estima que la biografía de Juan Santos Atahualpa puede haber comenzado alrededor del 1712 en la provincia de Cuzco o en la provincia de Cajamara, en las ciudades altas (cosa de la cual no se tiene completa certeza).
Huyó al corazón de la selva amazónica, en la jungla peruana, porque aparentemente asesinó a un misionero cristiano jesuita. Nadie sabe exactamente porqué mató a este hombre, solo se vuelve a saber de él unos años más tarde, cuando vuelve siendo líder de la rebelión. Muchas personas dudan que esta sea la verdadera historia, sobre todo, porque los mismos misioneros no la mencionan en ningún momento.
Por su discurso muy entonado y religioso y su gran capacidad para los idiomas (se conoce que era capaz de hablar con mucha fluidez quechua, latín, español y varios otros idiomas y dialectos), los historiados se suponen que era un hombre culto y estudiado.
Sumando esto a su historia con los jesuitas, podemos presumir que fue una persona o un indio noble, que fue capaz de obtener acceso a la educación y por lo tanto obtener los conocimientos necesarios para tener nociones de contaduría, humanidades, entre otras materias dictadas propias de la época. Quizás, incluso pudo haber asistido a al Colegio de San Francisco Borja del Cuzco. Esta proximidad a los padres jesuitas es lo que permitió que pudiese viajar a sitios como Europa y que aprendiera sobre África, entre otras cosas.
Inicio de la Rebelión
En el año de 1742, en el mes de mayo, durante la época de lluvia y cuando el pasto es más verde, alto e intenso, fue que se presentó esta extraña figura ante los indios, un hombre alto, de cabello bastante corto y de alrededor de 30 años. En el río Shimaqui en el sitio de Gran Pajonal, fue que empezaron las operaciones para destruir a las misiones franciscanas de Quisopongo, en todo el pecho de la selva central peruana. De esta forma comenzó una rebelión histórica.
La parte central de jungla de Perú, el sitio más importante de la rebelión reunía los elementos perfectos para que él pudiese escapar y pasar desapercibido. Era un sitio que reunía diferentes tipos de economías, tribus y etnias, por lo que al escapar hacia allá, nadie podría reconocerlo. Era común para ese momento que muchos fugitivos fueran a esa zona.
Condiciones
El área del que hablamos estaba habitada principalmente por indios que tenían como lengua el Arawak, y convivían diferentes tribus en esa misma sierra. Muchas ya eran pequeñas poblaciones organizadas gracias a los franciscanos. Pero, la mayoría de los indios aún vivían dispersos en la selva, que vivían de la caza, recolección y la pesca, incluso de sus cultivos.
Se cree que los misioneros tenían bajo su control alrededor de unas 32 aldeas, como un estimado de 1000 habitantes por cada una, que en total, sumaban unas 9000 personas.
Causas de la Rebelión
No se saben con exactitud las causas de la rebelión. Seguramente incluían razones políticas y económicas, sin embargo, en la biografía de Juan Santos Atahualpa se sugiere que estaban involucrados factores religiosos y culturales.
Existían antecedentes de rebelión, como cuando los askaninkas se asociaron con los piros en 1724 y 1737. Se les llamaban "chunchos" de forma despectiva. Sus espíritus conectados con su creencias y la naturaleza, no aceptaban las restricciones que exigían el cristianismo y la vida sedentaria.
Explotación
Uno de los grandes factores a considerar era el uso de los indígenas para hacer trabajo forzado, como la construcción de vías, puentes, edificaciones, entre otras cosas.
Además de la forzosa vida sedentaria, que los obligaba a vivir en pequeñas villas, hacía que las enfermedades fueran más fáciles de contagiar y por lo tanto mientras los misioneros estuvieron a cargo, tenían una media de 1250 muertes cada año. Una taza muy exagerada.
Primeros Intentos
La rebelión y las estrategias no ocurrieron de repente, podemos observar en la biografía de Juan Santos Atahualpa, que trató de hacer todos sus movimientos con bastante planificación. Trató de atraer la atención de los indios del Cuzco o Cajamara. No dio resultado así que se enfocó en los indios de la jungla central.
Sus seguidores era de diferentes etnias, pero sobre todo, decidió intentar atraer a los amuesha, puesto que su religión era muy parecida a la Inca y por lo tanto coincidía con el discurso religioso que predicaba. Se ponía a sí mismo como una especie de mesías y brujo, que buscaba liberar a los indios de la opresión de los misioneros.
Discurso
Su ideología tenía una gran combinación de elementos cristianos, de la religión Inca y de su propia imaginación, donde predicaba de figuras del pasado que podrían restaurar el presente. Combinaba visiones del mesías, el apocalipsis y la idea indígena del pachacuti.
Alrededor de 1747 afirmó que era un enviado de Dios, por petición de la Virgen María para coronar a un nuevo rey y restaurar la verdad de la ley divina. Luego, a partir de 1752, decide cambiar su discurso nuevamente y comienza a afirmar que es el hijo de Dios y afirma que los cristianos han pecado, comienza a criticar fuertemente a la iglesia católica y a sus sacramentos. También acusó a la iglesia de que sus ritos eran los culpables de las muertes de los indígenas.
Respuesta de los Misioneros
Este mensaje impactó fuertemente en los indígenas y los misioneros se sintieron amenazados por esto, por cual en la biografía de Juan Santos Atahualpa lo tacharon de un nuevo "anticristo", como una persona diabólica influenciada por el mal. Incluso, tomaron la aparición de Juan Santos como una señal del fin de los tiempos.
Juan Santos y el Terremoto
Un hecho muy curioso que ayudó a que la reputación de Juan Santos creciera como ser poderoso del mal, fue que en 1746, el 28 de Octubre, hubo un terremoto que continuó hasta el 29. Este devastó grandes partes de Perú. Destrozó lugares como la costa o la capital y fue sentido en muchas partes de la región. Solo algunas casas quedaron de pie mientras todo se devastó.
Algunos cristianos asociaron esto a una predicción que hizo mucho tiempo antes Santa Rosa de Lima. Donde él clama que el imperio sería devastado y devuelto a sus antiguos dueños. También asociaron el acontecimiento a una profecía hecha por José Vela, donde decía en 1742 que de ese reino saldría un horrible monstruo que se conoraría a sí mismo rey, y que gobernaría sobre el imperio de Perú.
Todo esto sumado hizo que se le adjudicara a "los poderes de Juan Santos" el devastador terremoto.
Entre el Mito y el Final
Podemos ver en la biografía de Juan Santos Atahualpa que era una figura que en la imaginación india está llena de poder, como una especie de dios que vino a la tierra para liberar a los indios del yugo español, cristiano y malvado para que volvieran a vivir a una conjunta con la naturaleza.
El movimiento que lideró Juan Santos jamás pudo ser derrotado. De hecho los españoles jamás pudieron capturarlo, enjuiciarlo y luego, como era costumbre, degollarlo y repartir sus pedazos y exhibirlos por toda la ciudad. No podemos hablar exactamente de un triunfo, pues no hubo derramamiento de sangre o conquistas de ciudades, pero tampoco podemos hablar de derrotas ya que Juan Santos Atahualpa siempre se salió con la suya.
Nadie sabe cómo o cuándo murió, pero aún hoy día, los indios cuentan grandes mitos y leyendas sobre él, esperando con ansias su retorno, que para ellos, no solo no fu derrotado, si no que tampoco murió.
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