Biografía de Octavio Paz: Vida y Obra Literaria

En esta ocasión les presentamos la Biografía de Octavio Paz, escritor mexicano, que junto a Pablo Neruda y César Vallejo, conforman la tríada de los grandes poetas que, tras el derrumbe del modernismo se convirtieron en los líderes de la renovación de la lírica hispanoamericana del siglo XX.

Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en el año 1990, el primero otorgado a un autor mexicano, lo que significó asimismo el reconocimiento de su gran e influyente talla intelectual, que ha quedado proyectada en una brillante producción ensayística.

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Resumen de la biografía de Octavio Paz

Biografía de Octavio Paz: Vida y Obra Literaria

Nacido en la ciudad de México, en el año de 1914, Octavio Paz fue nieto del también escritor Ireneo Paz, y no es de extrañar que sus intereses literarios se hayan manifestado de manera muy precoz, llegando a publicar sus primeros trabajos en diversas revistas literarias.

Estudió Leyes, Filosofía y Letras en las facultades de la Universidad Nacional de México, ya que sus preocupaciones sociales también se dejaron sentir muy pronto, y en el año 1937 viajó a Yucatán con el propósito de fundar una escuela para los hijos de los trabajadores.

Esposas e hija

Esposas e hija

En el año 1937 se casó con Elena Garro, una escritora mexicana de gran reputación, con quien procreó una hija, Helena Laura Paz Garro. Por ello abandonó sus estudios universitarios para llevar a cabo con su esposa, un viaje a Europa que fue esencial en toda su trayectoria vital e intelectual.

No obstante, este matrimonio se rompió en el año 1959 y en el año de 1965 contrajo matrimonio con la francesa Marie-José Tramini, con quien convivió hasta su muerte.

En la ciudad de París contactó, entre otros, a César Vallejo y Pablo Neruda, siendo invitado al Congreso de Escritores Antifascistas de Valencia. Hasta fines  de septiembre de 1937 estuvo en España, donde conoció en persona a Vicente Huidobro, Nicolás Guillén y Antonio Machado.

También conoció a destacados escritores de la generación del 27, como Rafael Alberti, Luis Cernuda, Miguel Hernández, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Asimismo visitó el frente, durante la Guerra Civil española (1936-1939) y escribió diversos artículos para apoyar la causa republicana.

De regreso a Paris y New York

Luego de regresar volver de nuevo a París y visitar la ciudad de Nueva York, en el año 1938 decidió regresar a México y fue allí donde colaboró intensamente con los refugiados republicanos españoles, sobre todo con los poetas del grupo Hora de España.

Así, mientras trabajaba en un banco, escribía a diario una columna de política internacional en el “El Popular”, un periódico sindical que abandonó por discrepancias ideológicas. En el año 1942 fundó entonces las revistas “Tierra Nueva” y “El Hijo Pródigo”.

A fines del año 1943 recibió una beca Guggenheim y visitó los Estados Unidos hasta 1953, ya que siempre residió fuera de su país natal: primero en diferentes ciudades norteamericanas y, luego de concluida la Segunda Guerra Mundial, residió en París, después de ingresar en el Servicio Exterior mexicano.

Fue allí, en la capital francesa donde comenzó a alejarse del marxismo y el existencialismo para acercarse luego a un socialismo utópico y especialmente  al surrealismo, entendido este como actitud vital y en cuyos círculos se compenetró gracias a Benjamin Péret y a su gran buen amigo André Breton.

Octavio Paz  y sus Galardones

Octavio Paz  y sus Galardones

De nuevo en México, creó en 1955 el grupo poético y teatral “Poesía en Voz Alta”, para iniciar después sus colaboraciones con la Revista Mexicana de Literatura y en El Corno Emplumado.

En sus publicaciones defendió fervientemente las posiciones experimentales del arte contemporáneo. En la década de los 60 regresó al Servicio Exterior, y fue enviado como funcionario del gobierno en la embajada mexicana de la ciudad de París (1960-1961) y más tarde en la embajada de la India (1962-1968).

Fue en este último país que conoció a Marie-José Tramini, con quien se casó en el año 1964. En el año 1966 editó junto a José Emilio Pacheco y Homero Aridjis la antología “Poesía en movimiento”.

Con la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, decidió cerrar su actividad diplomática en 1968, renunciando como protesta contra la política represiva del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz frente el movimiento democrático estudiantil.

Desde ese entonces ejerció la docencia en diferentes universidades americanas y europeas, mientras proseguía su infatigable labor cultural dictando conferencias y fundando nuevas revistas, como “Plural” (1971-1976) o “Vuelta” (1976).

Para el año 1990 se le concedió el Premio Nobel de Literatura, como tributo a su ejemplar trayectoria ya previamente reconocida con el Premio Cervantes (1981), máximo galardón de las letras hispanoamericanas, y que de nuevo se vería premiado con el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1993).

La poesía de Octavio Paz

De su poesía hay que acotar, que la vasta producción literaria de Octavio Paz se enmarca en dos géneros: la lírica y el ensayo. Su poesía penetró los terrenos del erotismo, la tentativa formal y la meditación sobre el destino del hombre.

Cabe distinguir a grandes rasgos tres fases en su obra poética:

  • En la primera, pretendía profundizar, a través de la palabra, en un ámbito de energías fundamentales que lo llevó a cierta impersonalidad;
  • En la segunda se vinculó con la tradición surrealista, antes de encontrar un nuevo empuje en el contacto con lo oriental;
  • Y en la tercera o última etapa de su trayectoria lírica, le dio prioridad a la alianza entre el erotismo y el conocimiento.

Por ejemplo, “En Libertad bajo palabra” (1949), Octavio Paz reunió diversos libros escritos entre 1935 y 1947. Las primeras composiciones daban respuestas a una estética neorromántica y a fuertes preocupaciones sociales, añadiendo otra temática existencial, que giraba sobre al sentimiento de la soledad, los problemas de su tiempo, la comunicación, la posibilidad del amor...

Y así, siguiendo ese camino, su poesía se transformó en un instrumento de conocimiento de sí mismo y del mundo; en fin, una poesía de signo metafísico, donde el descubrimiento del surrealismo le mostró el poder liberador de la palabra y, al valorar lo irracional, la eventualidad de restituirle al lenguaje unas dimensiones míticas.

Su Regreso a la Vanguardia y a la Palabra Mágica

Su Regreso a la Vanguardia y a la Palabra Mágica

Fue así como se produjo paralelamente, como dijo el propio Octavio Paz, un retorno a la vanguardia y a la palabra mágica. Estas direcciones se materializaron en los poemas que van desde “¿Águila o sol?” (1949-50) a una extensa y magnífica composición titulada “Piedra de sol” (1957), ideada a partir de los mitos aztecas del tiempo circular.

Considerada como una de sus mejores obras poéticas “Piedra de sol” se ubica en una encrucijada de su trayectoria lírica: aglomera por un lado sus inquietudes históricas y existenciales, y a su vez anticipa su obra posterior.

Esta se compone de 584 endecasílabos (la misma cifra que los años del calendario azteca) de gran consistencia y poderosas imágenes, que devuelven  el poema principio, cuya estructura circular no impide el progreso de las indagaciones del poeta, asociadas al amor, al individuo y al sentido de la historia y de la humanidad.

Octavio Paz y “Salamandra”

En “Salamandra” (1962), recoge poemas escritos entre los años de 1958 y 1961, con un incremento de lo irracional y lo esotérico. Es esta una poesía que intenta "mostrarnos el otro lado de las cosas", partiendo de una indagación sobre los nuevos poderes de la palabra.

Como resultado, salvo en ocasiones, fue la configuración de un hermetismo lleno de sugestiones. “Ladera este” (1962-1968) es fruto, por una parte, de su provecho por la cultura oriental, de donde surgieron nuevas dimensiones esotéricas.

Por otra parte, responde al estructuralismo lingüístico, que le lleva a cimentar la creación poética en la misma escritura. Es esta la liberación máxima del lenguaje, frente a una expresión poética donde las palabras alcanzan una máxima autonomía, deshojadas a menudo por de sustrato lógico.

Octavio Paz, experimenta también con novedosos recursos de presentación y de tipografía; ejemplo de ello lo constituye poema “Blanco” (1967), diseñado a tres columnas, pero que pueden leerse de formas diversas.

Por medio de esas experimentaciones, logró publicar en el año 1969 dos libros de poesía "espacial" (o visual): “Topoemas” y “Discos visuales”, intentos para crear una nueva forma de captar el mensaje cuyos antecedentes se remontan a Apollinaire y a las viejas vanguardias de entreguerras.

De “Pasado en Claro”, “Vuelta” y “Árbol adentro”

De “Pasado en Claro”, “Vuelta” y “Árbol adentro”

Muy diferente es “Pasado en claro (1975), libro formado por un único, largo y bellísimo poema, con un lenguaje más sobrio (pero de inusitada cohesión), cuyo destino es bucear en su conciencia, en su vida y en su mágica palabra.

Siendo esta segunda obra maestra un compendio de sus inquietudes y vivencias creadoras, concentra en su última parte su visión del lenguaje como "fundador de la realidad", como una herramienta con la que el hombre crea y se recrea: tras su extenso periplo por medio de las palabras en busca de realidades superiores y de su propia realidad, que las define, en el último verso, como "la sombra que arrojan mis palabras".

De sus libros posteriores cabe destacar “Vuelta” (1976) y “Árbol adentro” (1987), conformados por poemas escritos entre los años 1969 y 1975. El título del primero hace referencia a su regreso a México tras una larga estadía en Europa y Oriente.

“Árbol adentro” por su parte, aglomera los poemas del autor después de publicada “Vuelta”, que está dividida en cinco partes, donde varios insisten en sus constantes temáticas: la meditación sobre la muerte o el amor.

Obra ensayística de Octavio Paz

Como hombre reflexivo, observador y detallista, Octavio Paz se mantuvo siempre centrado en la discusión artística, política y social de su país. Tanto la curiosidad ávida como la diversidad de sus intereses y su fina inteligencia analítica, se hicieron presentes en sus numerosos ensayos.

Diversidad de temáticas fueron abordadas por este insigne escritor mexicano (arte, literatura, sociología, lingüística, historia y por supuesto la política). La enjundia, la profundidad y la sutileza caracterizaron todos estos textos.

Desde lo literario es “El arco y la lira” (1959), una profunda reflexión sobre la creación poética, y “Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe” (1982), representa un estudio completo sobre la obra y la compleja personalidad de esta poetisa mexicana del siglo XVII, mientras que en la identidad mexicana es el el tema de “El laberinto de la soledad” (1950) y “Posdata” (1970).

“El mono gramático” (1974), refiere sobre un mismo tiempo de la reflexión y el poema en prosa, escudriñando en la esencia del lenguaje, lo que constituye una evidencia de su atracción hacia Oriente; su título alude al jefe de los monos Hanuman, personaje principal del Ramayana.

En “Tiempo nublado” (1983) se interesó por la situación política y social contemporánea. Y en “Los privilegios de la vista” (1987) se hallan en sus páginas sus apreciaciones sobre las artes plásticas.

Últimos Ensayos de Octavio Paz

Últimos Ensayos de Octavio Paz

De sus últimos ensayos destacaron “La llama doble” (1993), en la cual recorre la literatura universal buscando el origen de la idea poética sobre amor, el amor cortés provenzal, del que encuentra precedentes en las religiones ancestrales indias y chinas y en el helenismo (con su fusión de Oriente y Occidente).

Luego de los poetas provenzales, el cristianismo desmanteló el amor cortés; la pasión carnal, la consumación del amor, fue olvidada en favor de la divinización del objeto amado (Dante, Petrarca y el neoplatonismo).

En la Biografía de Octavio Paz, escrita por Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004), en la enciclopedia biográfica en línea, señalan que según este autor  se tuvo que esperar la Revolución Francesa para que el amor retomase su humanidad en las manos de los poetas y prosistas.

Pero ciertamente en la modernidad, la revolución sexual de 1968 condujo a la muerte del alma a manos del materialismo científico; en pocas palabras, el amor se convirtió en una víctima de la crisis de la idea de persona: un pesimismo extremista es el cierre de esta obra.

Otros títulos interesantes de su prodigiosa producción ensayística son “Cuadrivio” (1965), “Claude Lévi-Strauss o el nuevo festín de Esopo” (1967), “Conjunciones y disyunciones” (1969), “Los hijos del limo” (1974), “El ogro filantrópico” (1979) y “Hombres de su siglo” (1984).

Sabía Ud., que...

NOTA
 Octavio Paz era fan de la serie de televisión Star Trek.

Muerte de Octavio Paz

Octavio Paz murió el 19 de abril del año 1998, víctima de un cáncer, en la misma ciudad que lo vio nacer.

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